Empiezan las clases. El Jardín se viste de fiesta y los patios y pasillos, hasta hace poco tranquilos, se llenan de voces, sonidos, mochilas, colores... La distancia del año pasado hace que todo cobre otro valor. Estamos felices de abrir la puerta para que cada niño/a ingrese a nuestra escuela y volvamos a encontrarnos. Como siempre, agradecemos la confianza y hoy, mas que nunca, redoblamos nuestro compromiso con la infancia, con cada uno de sus hijos y sus hijas. El primer día de clases, las carteleras con sus primeros anuncios del año, las palabras iniciales de las/os docentes, la preparación de las salas… son detalles sencillos que engalanan y celebran ese encuentro (o reencuentro) de docentes, alumnos/as, familias. Es momento de recurrir a una de esas “palabras mágicas” que nos han enseñado. Hoy, esa palabra , es “bienvenida”, que significa: recibir con agrado y júbilo a cada uno/a de los que ingresan, en este caso a la Escuela. Es una de esas tareas pequeñas que sin embargo tiene